La temporada fue calificada por la mayoría de los comerciantes como "mala a muy mala" y febrero también finalizó con "números negativos", de acuerdo a un informe elaborado por la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP). Las ventas bajaron más del 15 por ciento.
En el sector comercial de la ciudad, febrero finalizó con “números negativos”, según se desprende de un informe presentado por el Departamento de Estudios Sociales y Económicos (DESE) de UCIP: “Hubo una disminución del 15,6 por ciento en las ventas de unidades físicas constantes”.
Concluida la temporada de verano 2016, “el 39,7 por ciento de los comerciantes que participaron de la encuesta realizada por el DESE la calificaron como regular. Un 34,6 por ciento expresó que fue mala y el 24,6 por ciento la describió como muy mala”.
En cambio “el 0,9 por ciento de los encuestados cree que las ventas durante diciembre, enero y febrero de este año fueron buenas y sólo el 0,2 por ciento muy buena”, se desprendió del mismo informe.
Al evaluar los resultados y, considerando la serie histórica con la que cuenta el DESE tomando como punto de referencia la temporada alta (diciembre, enero y febrero), los números arrojaron “una merma del 15,6 por ciento en unidades físicas constantes”.
Animo de los consumidores
De acuerdo a los resultados obtenidos a partir de la encuesta que se realizó en distintos rubros del sector comercial, “el 53,8 por ciento observó un menor ánimo de compra” con respecto a febrero del año pasado. Por otro lado, “el 43,6 por ciento dijo no haber percibido que haya sido alterada” la intención de compra de los consumidores durante esta temporada de verano y sólo “el 2,6% de los comerciantes expresó que los consumidores tenían una intención de compra mayor a la del año pasado”.
Asimismo, desde la UCIP destacaron que los datos “son coincidentes” con el Indice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella, que presentó “una disminución del 15,6 por ciento con respecto a enero de 2015 y evidenció una baja del 9,7 por ciento en relación a febrero de 2015”.
En el mismo informe, se informó que el consumidor frente a las condiciones económicas que se le presentan, “va modificando y variando” sus hábitos de compra. El comportamiento de los mismos fue analizado durante los primeros dos meses del año.
Cambios
Así las cosas, se detalló que los consumidores “compran exclusivamente por necesidad”, ya que eligen “respetar los gastos que están dentro de las compras programadas”. Es decir, la compra no planificada fue relegada y hoy los gastos se destinan a bienes de primera necesidad.
También se registró una “disminución del uso de tarjeta y compras de menor valor”, ya que los consumidores son “más cautos” en sus compras para no endeudarse.
“Frente a la incertidumbre, durante estos meses se observó mayor prudencia a la hora de realizar gastos con tarjeta. Los titulares tienen en cuenta que hubo una suba de pagos mínimos”, se especificó en el “paper”.
Otro factor que incidió fue el “menor impacto de promociones de bienes durables. Si bien ocupan un rol fundamental y el consumidor hace compras programadas, no se observa la misma dinámica que en 2014 y 2015 y la gente responde menos que antes a las promociones bancarias”.